Es una verdad
mundialmente conocida que cada lector en el mundo sueña con que adapten sus
libros favoritos, pero ese sueño es directamente proporcional a lo aterrador
que le resulta la idea de que adapten esos libros mal.
Como lectora, en más
de una ocasión ha pasado por mi cabeza como sería si adaptaran a las pantallas
grandes aquellas historias que despertaron más de una emoción en mí, ver como
un actor le da vida a aquellos personajes que me hicieron sentir tanto.
No obstante, si
bien es cierto que esto nos genera una emoción indescriptible, también resulta
decepcionante, frustrante y en cierto grado doloroso, cuando la adaptación no
es tan fiel al libro como quisiéramos. Como lectores sabemos que se hace casi
imposible adaptar cada escena tal cual aparece en el texto, y partiendo de eso
es que pedimos que por lo menos lo intenten, porque pareciera que a los
directores lo importa poco eso.
En los últimos
dos años el aumento de las adaptaciones cinematografía que parten de los libros
ha desatado furor y odio en las redes sociales. Esto se ha convertido en un
arma de doble filo, por un lado, tenemos a los autores quienes ven cumplido un
sueño, además, de que recibirán una compensación monetaria por su trabajo.
Autores noveles, como
es el caso de Ariana Godoy, Flor Salvador, Alex Mirez, y Wendy Mora, quienes empezaron
a escribir en la plataforma de lecto-escritura más grande del mundo “Wattpad” una
aplicación que le permite a jóvenes y adultos sin experiencia en la escritura publicar
sus obras de manera gratuita y recibir retroalimentación de cientos de lectores
sobre lo publicado allí.
En el 2022 se publicó
en Netflix la adaptación cinematográfica de “A través de mi ventana” primera obra
publicada de Ariana Godoy. El anuncio de esta producción causó un gran revuelo en
las redes sociales, los lectores expresaron cuan emocionados se encontraban ante
esta noticia, sin embargo, esa emoción les duró poco, porque al estrenarse la película
la decepción fue mayor.
El otro lado de la moneda, está representado por
los amantes de los libros, que empiezan sintiéndose dichosos porque tendrán la
oportunidad de ver sus obras favoritas en pantalla, pero esa emoción se vuelve efímera
para muchos cuando la película o serie no llena sus expectativas.
Esta parte
resulta triste, cuando algunos guiados por un sentimiento desconocido, expresan
su desacuerdo en redes, segados por el enojo, cuyos resultados son insultos, palabras
mal sonantes y deseo de muerte a los autores de las obras adaptada, y a los
lectores a quienes si les gustó la adaptación.
De manera
personal no estoy de acuerdo con esas actitudes, comprendo el hecho de sentirnos
molesto porque no se respetó lo que creímos importante del libro en la película,
no obstante, empezar una campaña de odio contra los escritores por eso, no es sano,
ni productivo. Porque de igual manera la adaptación ya ha sido creada y aunque no
nos guste es algo que no podemos cambiar.
Tal vez, si de manera
cortés, expresamos nuestro desacuerdo sobre lo que no nos gustó, en la próxima adaptación
lo tomen en cuenta.
Cuéntame tu experiencia
sobre adaptaciones cinematográfica de libros.
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